La admiración de Manu Chao hacía la figura de Maradona tiene un significado mayor que el de mejor futbolista de todos los tiempos (FIFA 2000).
Primera parte.
Conocí a Manu Chao la noche del 11S/2001 en la plaza de toros de Mallorca. Unas horas antes de que llegara la noche, estuvo a punto de suspender el concierto por la incertidumbre que había generado la noticia de los atentados terroristas en EE. UU., sobre todo el impacto del derrumbe de las Torres Gemelas que había dejado a todo el planeta sin palabras y en estado de shock.
La razón por la que estaba en Mallorca el 11/S, era que a los dos días Manu Chao actuaba en el Patio de los Silos de Burjassot. Todas las entradas estaban vendidas y la gira organizada por WAN- Gratacos desde Barcelona había sido demasiado precipitada.
El concierto se firmó solo 9 días antes, teníamos muchas dudas respecto de la organización. Lo mejor era ir y ver cómo trabajaban.
Llegué a Mallorca en avión desde Valencia con el móvil apagado, un Nokia 660 que se parecía a un huevo, con el famoso menú contextual de Nokia que había arrasado y en cambio, tenía los días contados por la llegada del Iphone.
Aterrizamos sobre las 14: 30 horas aproximadamente y al activar de nuevo el teléfono móvil comenzó a emitir avisos de mensajes perdidos que habían llegado de casa y del trabajo, avisándome de los atentados en EE. UU.
Llegué al hotel cuando las Torres Gemelas todavía seguían en pie y me pareció estar viendo una película de Hollywood. Ese día no hubo ni tiempo ni ganas de comer nada.
Al bajar a la calle se percibía un ambiente tenso, la gente se miraba a los ojos buscando empatía y complicidad con el estado de incertidumbre que se había instalado en nuestras mentes desde las televisiones.
El espectáculo de la recién llegada globalización se había extendido por todo el planeta.
No recuerdo qué pasó hasta que llegué a la Plaza de Toros, ese tiempo es un tiempo muerto en mi memoria, supongo que estuve enchufado al televisor intentando entender algo de lo que no se podía entender en ese momento.
El concierto comenzaba a las 22:30 horas, se abrieron las puertas a las 21:00 horas y en la calle no había mucha gente, llegué a pensar que había poca venta de entradas, pero estaba equivocado.
Se vendieron más de 14000 entradas esa noche, pero la gente fue a la plaza justo antes de comenzar, supongo que también estaban enganchados a las pantallas de televisión.
Cuando llegué al camerino de Manu Chao y me lo presentaron, percibí un cierto estado de confusión, había dudas sobre si se debía suspender o mantener el concierto.
Le pregunté a Manu Chao cómo lo veía él y me dijo que no lo tenía claro, que quería hacer el concierto, pero que iba a esperar un poco más y que en todo caso, saldría a dar la cara.
Cuando se hizo la hora, la plaza estaba llena y el rumor de la gente fue el estímulo que necesitaban Manu Chao y la banda de extraordinarios músicos que le acompañaba (Radio Bemba), para salir al escenario en tromba.
Lo primero que dijo Manu Chao fue que estaba triste y afectado por lo que había ocurrido esa mañana en EE. UU., pero que no se podía culpabilizar al islam y al mundo árabe por estos hechos.
El islam es una religión de paz y por eso pensaba que tenía que mantener el concierto, esperaba que sirviera para un mejor entendimiento entra las diferentes culturas, que estaba en contra del terrorismo y que esperaba que los estados y los pueblos encontraran una mejor forma de entenderse y de convivir que recurrir a la guerra o al terrorismo.
Era la primera vez que veía a Manu Chao en directo, había machacado todos sus discos, pero hay que reconocer que esta banda y en esta gira, se salió. Todos los músicos estaban en un punto dulce y Manu les dejaba lucirse individualmente.
Tocaron casi todos los temas de «Próxima estación Esperanza” y de “Clandestino” y rescataron algunos temas de su grupo anterior Mano Negra. En el camerino no me di cuenta, pero en el escenario Manu Chao llevaba puesta la camiseta que le había regalado Maradona con el número 10 en la espalda.
El de Mallorca fue un buen concierto, pero tal vez afectado por los acontecimientos tan dramáticos del día, no llegue a sumergirme en el concierto.
La imagen que recuerdo era de ausencia de luz, por alguna razón, la iluminación de escenario no acaparaba la atención y el reflejo luminoso en las gradas medio vacías me transmitían una sensación de tristeza.
El público ocupaba el foso, las primeras filas de la plaza y poco más.
Esa noche no me fije bien, aunque creo que Manu hizo todo el concierto con la camiseta de Maradona. La cuestión es, ¿qué representa esta camiseta para Manu Chao? ¿Por qué la llevaba en esta gira a todos los conciertos?
Maradona se retiró en 1997, aunque en 2000 fue declarado por la FIFA mejor jugador de todos los tiempos. ¿Ya se conocían en 2001? El video en el que le dedica la canción de la vida tómbola es de 2009.
Yo creo que Manu Chao admiraba en Maradona algo más que su magia para el futbol, tal vez que era un luchador nato y tal vez que ha crecido en un universo que Manu Chao ha cantado y defendido durante toda su trayectoria.
Al día siguiente, temprano, regresé a Valencia. Había muchas cosas que preparar para el concierto.