Manu Chao y la camiseta de Maradona (II)

La gira 2001 consiguió reunir los mejores músicos de Radio Bemba

El día comenzó complicado, pues el montaje de escenario que se había iniciado el jueves iba bastante retrasado y algunas empresas de producción iban con mucha calma.

El escenario para este concierto tenía bastante complejidad porque debía compensar en la cabecera y de un extremo a otro un metro y medio de desnivel.

En el lado derecho su altura era de un metro setenta cm y en el lado izquierdo alcanzaba tres metros y medio de altura. El Patio de los Silos tiene 5400 m2 con una cruz en el medio de la plaza y con una gran declinación desde el centro hasta los extremos cómo se ve en la imagen.

Imagen antigua de los Silos.

Además, estábamos probando una ubicación nueva en la esquina superior izquierda para ganar espacio y perspectiva desde cualquier punto de la plaza y evitar el ángulo muerto de visión que genera la cruz.

De este modo se instalaba el control de sonido en la cruz y reducíamos espacios muertos frente al escenario.

Explanada de los Silos desde el escenario.
Explanada de los Silos desde el escenario. (Foto IPG)

Teníamos que colocar un fondo de escenario nuevo, en el que se colgaba una pancarta del ayuntamiento, atendiendo indicaciones de varios concejales, uno de ellos muy pesado que constantemente nos criticaba porque según él, la gente no sabía quién organizaba los conciertos.

Este concierto fue el segundo del año que colgó el cartel de «todo vendido».

El primero fue en mayo con la actuación de Buenavista Social Club: Ibrahim Ferrer, Omara Portuondo y Rubén González cuyo disco también sonaba en todas partes desde que los descubrió Ry Cooder.

Recuerdo que había tensión con los concejales del ayuntamiento, la mayoría de ellos muy críticos y casi siempre en sentido negativo (algo muy propio de la política) y particularmente despectivos con la programación cultural que llevábamos a Burjassot.

Recuerdo una frase de un concejal a propósito del éxito que tenían estos conciertos, que siempre repetía que la mayoría de la gente no era de Burjassot, y añadía «..//.. no está hecha la miel para la boca del asno.»

Muchos políticos se sienten más cómodos con los conciertos de las fiestas y con otro tipo de artistas, no voy a dar nombres, pero es fácil de imaginar, artistas que no resulten incómodos ni críticos con el poder que ellos representan.

Los políticos quieren posar al lado de los artistas famosos, pero no les gusta que los artistas hablen de política o que sean críticos.

Frecuentemente hacían comentarios críticos porque no poníamos el escudo del ayuntamiento en el escenario, decían que la gente no sabía quien organizaba los conciertos. Así que ¿adivinen qué había en el escenario colgado?

Nunca he conseguido entender ciertas relaciones en las que los políticos creen a ciegas. Me refiero a la relación entre poner un logotipo o el escudo municipal en un folleto y por eso pensar que la gente les va a votar más.

Otra cuestión que resulta chocante del personal que trabaja la producción de espectáculos es la utilización frecuente de palabras en inglés: «..//..pásame el timing, que estoy en el Backstage. Ahora no puedo que están montando la P.A…//..» Y así todo el rato.

En un concierto de estas características pueden ser necesarios más de un centenar de trabajadores pertenecientes a una veintena de empresas que se incordian entre sí, y que no siempre colaboran con la organización.

Montaje de escenario, de la P.A., de barra, seguridad, camerinos, “backstage”, barras anti-avalancha, luminosos de emergencia, taquillas ambulancia, grupo electrógeno, catering de camerinos, catering de personal de organización, equipo de prensa, credenciales, producción de escenario, en fin, un montón de gente circulando por todas partes y procurando llegar a tiempo para largarse cuanto antes.

Normalmente los problemas surgen con la barra de bebidas, con la zona de “backstage”, otra palabra seguramente imposible de traducir o utilizar una similar en castellano, no queda bien hablar de trascenio, bambalinas, tras el telón, porque entonces todo el mundo nos entendería.

Pero los problemas ese día se habían iniciado con la llegada de camiones que tienen que descargar por la subida de San Roque. En la imagen se ve por donde tiene que entrar todo el material del concierto.

Otro foco de preocupación era la gestión de las colas y la entrada del público al Patio de Los Silos.

Las puertas de Los Silos se abrieron dos horas antes del concierto de Manu Chao y de este modo no tuvimos problemas de aglomeración de público.

Además, se había montado en la plaza del ayuntamiento una gran pantalla en streaming para el público que no podía entrar a los Silos. La plaza del pueblo se llenó de gente que pudo disfrutar gratis del concierto.

Se concentraron más de dos mil personas en la plaza Emilio Castelar y fue además una novedad que generó para otros conciertos un estilo propio del IMCJB con el que reforzábamos los conciertos con pantallas laterales de streaming que mejoraban la visión del espectador a partir de una distancia de 30/50 metros del escenario.

El equipo de organización de la Casa de Cultura dio el callo una vez más y a medio día ya habían conseguido recuperar el tiempo de retraso del día anterior.

Para la rueda de prensa de Manu Chao se habían acreditado más un centenar de medios de comunicación. Medios nacionales y autonómicos, como El Pais, El Mundo, La Vanguardia, la Sexta, Canal 9, una lista como nunca habíamos visto, y todos ellos buscando entradas para el concierto.

El equipo de organización que llevaba la taquilla, contaba las presiones y llamadas que recibían para conseguir entradas, sobre todo de políticos y de periodistas que querían entrar sin pagar y que no parecían entender que todo el aforo se había vendido.

El equipo de prensa llevaba días lidiando con las peticiones de entrevistas frente a una responsable de prensa y un “manager de gira» que se mostraban muy rigurosos con el contrato y cada media hora amenazaban con suspender el concierto si no se cumplían sus exigencias y en algún caso, caprichos.

Llegó la rueda de prensa y la jefa de prensa de Manu Chao exigió que en la misma solamente podía estar Manu y nadie más, sobre todo que no quería a ningún político a su lado.

Tampoco quería que hubiera ningún símbolo, estandarte, escudo institucional, marca o cualquier otro mensaje detrás de él.

Manu en la rueda de prensa de Burjassot
Manu Chao en la rueda de prensa de Burjassot.

Así que se colocó una silla con un micro en el centro de la plaza del auditorio de la casa de cultura y los periodistas se colocaron frente a él para hacerle las preguntas que tenían preparadas.

Lo primero que le preguntaron, buscando la polémica, fue ¿por qué no se había suspendido la gira y el concierto, como habían sucedido en otros conciertos?

Manu Chao explicó lo mismo que había dicho en Palma de Mallorca y reiteró su defensa del pacifismo y del entendimiento entre los pueblos y los estados sin recurrir a la guerra y al terrorismo.

La rueda de prensa dio lugar a muchas preguntas respecto de su visión antisistema del mundo actual, de sus posiciones respecto a Latinoamérica, Cuba, México, Venezuela y respecto del conflicto de civilizaciones y la globalización que en ese momento daba mucho que hablar.

Aquí se puede ver una crónica del periódico el Pais:

https://elpais.com/diario/2001/09/22/catalunya/1001120854_850215.html

Al terminar la rueda de prensa se acumularon los problemas con los medios pues Manu Chao no aceptaba entrevistas.

En cambio atendió a una representante de un colectivo del Cabañal que reivindicaba la protección de la huerta valenciana, incluida la poca que queda en el término de Burjassot.

Esta reivindicación no era casual, pues en ese tiempo el ayuntamiento estaba tramitando el plan general y había determinadas modificaciones que afectaban precisamente a la protección de la huerta, por lo que la decisión de Manu de recibir a este colectivo no pasó desapercibida y tuvo consecuencias más tarde.

Al terminar la entrevista del colectivo del Cabañal, el Manager de Manu Chao hizo que colgaran una pancarta en el escenario del colectivo “Salvem L’horta” y otra en el muro del Patio de los Silos para que se viera desde la plaza del ayuntamiento, donde estaba instalada la pantalla de streaming.

Poco después, recibí una llamada urgente del equipo de producción de escenario. Me informaron de las exigencias del Manager del concierto para que se retirara la pancarta del ayuntamiento del escenario, amenazando una vez más con la suspensión del concierto. 

Volví a leer la letra pequeña del contrato, en el que en efecto se señalaba esta exigencia y di la orden de retirar la pancarta.

Unos minutos después entró otra llamada del ayuntamiento para saber quien había autorizado que se colgase la pancarta del muro de los Silos, no sabían que se había colgado otra mucho más grade en el escenario. Informé de lo que había pasado y me transmitieron la orden de retirar ambas pancartas o se suspendía el concierto.

Llamé al manager de Manu Chao y le transmití la orden de retirar ambas pancartas y me dijo que suspendiera el concierto si quería, que ellos tenían asegurado el concierto e iban a cobrar igual. Que fuera pensando lo que le iba a decir al público si se suspendía. Eran las ocho de la tarde y faltaban dos horas para comenzar, pero la cola de la gente para entrar ya era considerable.

Continuará…