Todos los miembros de una familia remontan su linaje hasta una matriarca o un patriarca fundadores. También “Homo sapiens” pertenece a una familia. Este hecho banal ha sido uno de los secretos más bien guardados de la historia.”
Yuval Noah Harari
Cómo hemos llegado hasta aquí los humanos…?
Durante mucho tiempo, “Homo Sapiens» prefirió considerarse separado de los animales, un huérfano carente de familia, sin hermanos ni primos y, más importante todavía, sin padres. Como bien dice Harari: «Homo Sapiens ha mantenido un secreto inquietante durante mucho tiempo. Su parentesco con una familia grande y ruidosa de grandes simios, primos incivilizados, hermanos y hermanas que existieron en el pasado y que hemos olvidado. El significado real de la palabra humano es “un animal que pertenece al género Homo”. Hubo muchas otras especies del género Homo, además de Sapiens.»
Estamos acostumbrados a describir la realidad que observamos desde una óptica «antropocéntrica», porque en los últimos 10.000 años nuestra especie ha sido la única especie humana que ha habitado la tierra. Pero ahora sabemos que antes hubo muchas otras especies de este género, además de «Homo Sapiens».
Sobre nuestro extenso parentesco
Llamamos nuestro mundo al planeta Tierra, aunque deberíamos contemplar también otros datos. Desde hace unos dos millones de años, hasta aproximadamente unos 10.000 años, la Tierra fue el hogar a la vez, de varias especies humanas.
No debería parecernos tan extraño si observamos que en la actualidad persisten varias especies de muchos otros animales que coexisten incluso en habitats comunes.
Nuestra característica más destacable es que disponemos de un cerebro extraordinariamente grande, en relación al tamaño del mismo órgano en otras especies. Los primeros humanos de hace dos millones de años, disponían de un cerebro de unos 600 cm cúbicos. Otros mamíferos que pesan 60 kg. tienen un cerebro de 200 cm cúbicos.
Los «Sapiens» modernos disponen de un cerebro de unos 1200 a 1400 cm cúbicos. Curiosamente, nuestros primos Neandertales disponían de un cerebro todavía mayor.
Algo tiene que ver el tamaño en nuestra evolución como especie, pero no debemos confundirnos, pues pensar que cuanto más grande sea el cerebro sea mejor, podría llevarnos a confusión, pues por ejemplo los gatos, en este mismo análisis, deberían hacer cálculo mental.
Existe una relación entre tamaño del cerebro y energía necesaria en el organismo para mantenerlo.
